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Al  embarcarnos en la aventura de crear algo (sea esto una nueva empresa, o cualquier otro proyecto), es interesante mantener la flexibilidad mental  necesaria, para adaptarnos a las diferentes situaciones, que vamos a experimentar a lo largo  de este viaje.

Esta actitud mental, nos aporta los siguientes beneficios:

En primer lugar,  nos  ayuda a deshacernos de las viejas pautas de pensamiento, que ponían  límites imaginarios a nuestra existencia. En su lugar, acogemos un nuevo enfoque sobre nuestras posibilidades, que nos apoya y favorece nuestro crecimiento.

En segundo lugar,   facilita que seamos conscientes  de que hay muchas maneras de hacer las cosas, y este pensamiento nos  impulsa a  encontrar  soluciones creativas en cualquier circunstancia que nos encontremos. Nos  permite hallar diferentes  e ingeniosas respuestas, incluso  para problemas ya conocidos.

Y, en tercer  lugar,  hace posible que seamos capaces de apreciar el despliegue de oportunidades  que ante nuestros ojos se abren; aparecen las personas adecuadas, se dan los acontecimientos necesarios para la buena marcha de nuestro proyecto, damos con la información que necesitamos en cada momento, etc

No es que de otra manera no se daría este despliegue, sino que  nuestras férreas estructuras mentales no nos permitirían ni siquiera imaginar su existencia.

 Dejemos, pues a  un lado,  aquellas pautas de pensamiento que nos limitan y nos impiden avanzar, y en su lugar, apoyémonos, abramos nuestras mentes y nuestros corazones a nuevos pensamientos de múltiples  posibilidades.