En nuestras conversaciones diarias, expresamos opiniones, ideamos nuevos proyectos, compartimos emociones…, con las personas con las que estamos en contacto. Además de mantener, continuos monólogos en nuestra mente. Y, todo esto lo hacemos utilizando el lenguaje, sin ser conscientes, en la mayoría de las ocasiones, de la relevancia que su uso tiene.
Al embarcarnos en la aventura de crear algo (sea esto una nueva empresa, o cualquier otro proyecto), es interesante mantener la flexibilidad mental necesaria, para adaptarnos a las diferentes situaciones, que vamos a experimentar a lo largo de este viaje.